lunes, 22 de septiembre de 2014


UNA TARDE EN MADRID


Buenos días... De lunes!!! y recordando nuestras tardes "planeadas" en Madrid.

La elección de este sábado ha sido teatro, "croqueteo", cenita y como no una copita. Os cuento:

Hemos ido a ver una obra "pequeña" pero muy grande de corazón: www.teatrolara.com/project/el-disco-de-cristal/  "El disco de Cristal", guión de Secun de la Rosa e interpretada y protagonizada por él. Nunca había asistido a una obra en la sala OFF del Teatro Lara y reconozco, que a pesar de la incomodidad de los asientos, tiene el mismo encanto que la sala principal, teatro grande en pequeño formato. No os contaré nada de la obra, pero os aseguro la "Emoción". Una recomendación comprar las entradas por anticipado dado que van sin numerar  y os ahorrareis unos eurillos.




A la salida, nada mejor que andar unos metros, mientras comentáis la obra, y llegar hasta Bodega La Ardosa,  www.laardosa.es/ sitio lleno de encanto, y de gente, con unos buenos vinos y unas cervezas que ummmm (en su web viene la receta de su famosa tortilla de patatas, en carta va acompañada con callos...). La recomendación del camarero para ir abriendo boca antes de la cena, fue un plato de 10 croquetas, que van desde las famosas de jamón, a bacalao...., No es un sitio barato pero para un aperitivo no esta mal del todo.



De ahí fuimos al restaurante Mal de Amores, en la Calle Valgame Dios 4 , reservado con El Tenedor al 40 % de descuento www.eltenedor.es/restaurante/maldeamores/39916 .Amabilisimos nos explicaron como funcionaba el descuento y nos recomendaron platos e incluso nos dieron la receta de sus platos estrella. Como curiosidad diré que el tataki de atún lo maceraban en un 60% de soja y un 40% de leche y lo sellaban una vez pasado por Ajonjolí, que no sésamo que según ellos amarga. Total ticket 20 euros con primeros para compartir, postre idem, vino y café

Y luego... esa ya es otra historia que os contaré en otro rato, o no..

Muakis

2 comentarios:

  1. ¡Queremos saber cómo terminó la noche! ;0)

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  2. Pues tropezando con mis propios pies, es lo que tiene Madrid que los adoquines no duermen

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